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Sentimientos, emociones y pensamientos ¿Por dónde le entramos?

Actualizado: 3 nov 2023

Por Mauricio Durán

(Ciudad de México, Septiembre de 2022)

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¿Qué es un sentimiento? ¿Qué es un pensamiento? ¿Por qué se les sitúa históricamente como adversarios? ¿Qué diferencias hay entre un sentimiento y una emoción? ¿Por qué no es tan fácil cambiar nuestros pensamientos basándonos solamente en argumentos o información científicamente probada? En este texto trataré de dar algunas aproximaciones a las respuestas sobre estas preguntas, con la finalidad de ver cómo opera todo esto en nuestras relaciones interpersonales, en nuestros procesos de aprendizaje y en beneficio de nuestro día a día.


Sentimientos, emociones y pensamientos. Algunas definiciones

Para entender lo que son los sentimientos, es necesario entender primero que nada lo que es una emoción. Desde la mirada de Martha Nussbaum, una estudiosa del tema que se ha metido a fondo desde los orígenes históricos de la filosofía, las emociones son juicios de valor que las personas generamos en torno a: (1) otras personas; (2) ciertas cosas; o (3) situaciones. Las emociones son evaluaciones de estos tres elementos que están fuera del control de las personas, pero se consideran importantes para que las personas se desarrollen. Desde la perspectiva de Clotilde Sarrió una emoción es una sensación física. Las emociones parten de las sensaciones corporales. Esto es posible entenderlo más fácilmente si pensamos en un bebé que no se puede expresar de otra manera más que a través del llanto. El bebé, ante una sensación corporal como la falta de alimento o incomodidad porque no le han cambiado el pañal, lo que hará es expresarse por medio del llanto, de esta forma, está expresando lo que siente corporalmente para recibir atención. El bebé estará probablemente triste, enojado o desesperado. Esto lo expresa a través del llanto, ya que no tiene la posibilidad de usar la palabra.


Los sentimientos, por otro lado, son el resultado de una emoción pasada a través del pensamiento. Es decir, las emociones son una respuesta ‘automática’ o instantánea, mientras que los sentimientos pasan primero por la reflexión. De esta forma, es necesario definir lo que es el pensamiento. Así, los pensamientos son parte de una actividad mental que permite generar razonamientos, generalizar, crear conceptos y solventar problemas por medio del manejo mental de información como datos, hechos o elementos. El pensamiento nos permite representar simbólica y abstractamente la realidad. La perspectiva tradicional de la psicología señala que es un proceso cognitivo (proceso que a su vez depende de la percepción y el aprendizaje) etiquetado como ‘superior’ y ‘único de los seres humanos’. Esta última afirmación será un hilo conductor importante y cuestionable para las reflexiones que presento en este texto.


Es importante mencionar dos cosas acerca del término emociones: 1) Las personas que han investigado sobre ellas, no se ponen de acuerdo en torno a cuántas emociones existen. Algunas hablan de 4 emociones (Antoni y Zentner, 2014); otras de 7 (Ekman, 2014); algunas otras de 8 (Plutchik, 1980); y recientemente hablan hasta de 10 emociones principales (Aguado, 2018). Hay quienes las dividen en primarias y secundarias. 2) En el caso de Martha Nussbaum, pareciera no hacer una diferencia entre emociones y sentimientos. Dicho lo cual, y para fines prácticos, yo sí hablaré de una diferencia entre sentimientos y emociones, en el entendido que para Nussbaum, las emociones son como los sentimientos. Y con respecto al número de emociones que experimentamos, desde mi perspectiva, no es indispensable ponernos de acuerdo, porque no nos impide, a fin de cuentas, ver lo que pasa en la práctica y en la vida cotidiana.


El pensamiento ¿un proceso cognitivo superior y único de los seres humanos?

Seguramente en más de una ocasión habrás escuchado que por ser seres pensantes, somos una especie superior. Sin embargo, Martha Nussbaum (la filósofa y politóloga a quien cito a menudo), se ha preocupado por hacer un recorrido por diversos estudios psicológicos y antropológicos en donde ha encontrado indicios de que hay algunos tipos de pensamientos en animales no humanos. Tipos de pensamiento tales como: el causal (que permite reflexionar sobre las causas de un hecho); el temporal (que se correlaciona con la memoria); y el posicional (ubicar un lugar determinado). Sin ir más lejos, recientemente se publicaba un artículo en donde señalan la capacidad de una célula gigante de generar procesos similares al raciocinio humano. Esta célula ha sido capaz, a través de diversos experimentos, de proponer la solución a conflictos o problemas complejos.


El artículo acerca de la célula de la que estoy hablando es de Becky Ripley y Emily Knight para la BBC. Ahí señalan que los “blobs” (como les denominan a estas células gigantes –los Physarum polycephalies, una especie de moho que resuelve problemas complejos–) participaron de un experimento donde el filósofo experimental Jonathon Keats generó un modelo simplificado para replicar el problema del muro fronterizo entre México y Estados Unidos propuesto por Donald Trump. El objetivo del experimento era que los blobs encontraran una solución creativa a la disyuntiva de si poner el muro o no. El resultado que propusieron los blobs fue que no hubiera muro fronterizo, y contra todo lo esperado, los blobs lograron demostrar experimentalmente que la 'zona fronteriza' puede ser más fructífera sin división alguna. Los científicos que realizaron el experimento con los blobs, escribieron a la Secretaría de Seguridad Nacional de Estados Unidos y a la Organización de las Naciones Unidas para hablar del experimento y proponer superar un mundo lleno de fonteras, señalando que la apertura de fronteras podría beneficiar a todas las personas.


Pero ¿qué es lo que impide a las personas confiar en la solución a un conflicto a partir de la razón únicamente? Hasta ahora, y basado en las perspectivas de los acompañamientos psicoterapéuticos humanistas como la Gestalt, o el mismo modelo de Comunicación No Violenta propuesto por Marshall Rosenberg, estaríamos hablando de que para las personas hay cosas importantes que les mueve a nivel emocional. De tal forma que, no importa cuán probados y sustentados estén los argumentos, razones o fundamentos que les den para inclinar su balanza a favor de dichos argumentos, las personas muy probablemente estarán en la imposibilidad de cambiar su perspectiva porque a nivel emocional hay algo que les impacta, les mueve o quieren cuidar. Y es aquí, justamente, donde planteo una hipótesis: en muchas ocasiones es necesario ponernos primero en contacto con nuestras emociones, para después pasar al pensamiento y flexibilizar nuestras formas de actuar o nuestras decisiones en torno a un tema. Esta hipótesis la fundamento en otro artículo publicado en la Asociación para la Ciencia Psicológica, además de lo que ya he expuesto hasta el momento. Hablaré a continuación acerca de este artículo.


¿Tenemos tres cerebros?

El texto Your Brain Is Not an Onion With a Tiny Reptile Inside (‘Tu cerebro no es una cebolla con un pequeño reptil adentro”) escrito por Joseph Cesario, David Johnson y Heather Eisthen, señala que hay una concepción erróneamente generalizada en psicología: aquella propuesta por MacLean donde sostiene que los vertebrados fueron evolucionando y a partir de su evolución crearon nuevas estructuras cerebrales que se superponían (hablando de un cerebro con tres partes concéntricas –una instintiva, una emocional y una racional–). Del mismo modo, el pensar que las partes más ‘antiguas’ correspondían a lo instintivo y las partes más ‘evolucionadas’ correspondían a lo racional, promueve reflexiones erróneas y enfoques particulares que no ayudan en la investigación psicológica.


Todas estas reflexiones las hacen quienes escriben el texto fundamentándolas en diversas fuentes bibliográficas y estudios científicos realizados en la biología evolutiva. Uno de los primeros problemas que plantean es la amplia difusión que se sigue haciendo de estas teorías entre los profesionales de la psicología. Los autores del artículo hicieron una revisión de la bibliografía publicada entre 2009 y 2017 en textos de introducción a la psicología y encontraron que el 86% de los textos hablaba de esta imprecisión.


Otros problemas que observan del hecho que se sigan replicando estas visiones desde la psicología, son: (1) Se promueven teorías que pudieran resultar erróneas, como el proceso dual (en donde se considera que las capacidades cognitivas superiores de los seres humanos existen como resultado de dos procesos básicos: uno inconsciente y otro consciente); (2) Se habla del ser humano como una especie superior capaz de serlo por el raciocinio y se niega la posibilidad de que los animales (en general) sean capaces de pensar o sentir emociones; (3) Los psicólogos llevan su foco a ciertas áreas del cerebro en su investigación, que pueden estar cambiando las respuestas a las interrogantes que se están haciendo. Y algo que yo añadiría, es que muchas veces se le da una importancia mayor (veladamente) al raciocinio que a las emociones, como algo superior y capaz de controlar las emociones, a pesar de que se hable de un equilibrio necesario entre el pensar y sentir.


La fundamentación que dan los autores para descartar esta teoría del cerebro 'triuno' (como es conocida) es que las visiones de MacLean que han sido replicadas y se siguen replicando aún hoy en día, siguen el principio de la scala naturae (ver la evolución como una única cadena de seres de los cuales todos los organismos descendemos). Esta teoría, ya es de por sí obsoleta a nivel científico. En contraposición, señalan que es necesario entender la evolución desde una perspectiva en la que existimos diferentes tipos de animales que provenimos de ancestros comunes (cada tipo de animal pertenecemos a ramas diferentes). Cada una de esas ramas de ancestros comunes han desarrollado sistemas nerviosos complejos y habilidades cognitivas. Así, demuestran, como ya lo mencioné con respecto al Blob, que hay sistemas nerviosos y comportamientos muy complejos en pulpos o sepias, en insectos y artrópodos, tiburones, peces y aves. Por tanto, señalan que es erróneo sostener que estructuras neuronales complejas o cerebros más grandes de cada animal permiten una conducta más compleja. Por ello, esta visión de que hay un cerebro reptiliano (relacionado con los instintos que nos controlan), un cerebro límbico o emocional (que debe ser ‘controlado’) y un neocórtex que nos permite ser ‘seres superiores’ y una ‘especie única’ a los seres humanos, es errónea también.


En el artículo también comentan que hay investigadores como Dugas-Ford, Rowell y Ragsdale (2012); Tomer, Denes, Tessmar-Raible y Arendt, (2010) que han encontrado neocórtex (el cerebro racional) en todos los vertebrados, no solo mamíferos, seres humanos o primates. Del mismo modo señalan que las estructuras vinculadas a la razón y la planificación como la corteza prefrontal, no son únicamente humanas. La discusión no es su existencia o no en otros animales, sino el tamaño de esa corteza prefrontal y cómo ese tamaño puede hacer variar el nivel de profundidad de los pensamientos o las emociones de diversos animales.


Para cerrar esta parte de las reflexiones que presentan Cesario y colaboradores, es importante recordar que en psicología se habla (a menudo) de los procesos duales en donde se señala que el ser humano es capaz de inhibir o moderar con el pensamiento diversas formas de actuar. Esta perspectiva, está basada en el hecho de creer que lo intuitivo, lo instintivo o lo emocional son reacciones más ‘primitivas’ que lo racional. Ante esta perspectiva se cree que es posible transformar lo intuitivo, lo instintivo y lo emocional a través de la fuerza de voluntad. Sin embargo, los autores señalan que, los estudios han subrayado que la impulsividad de las personas se puede entender mejor como una respuesta adaptativa a situaciones problemáticas que se le presentan a la persona en un contexto inestable, en vez de ver a la impulsividad como un fracaso moral, en donde las emociones y/o los impulsos ‘animales’ superan a la parte ‘racional’ del ser humano.


Emociones vs. Pensamientos

Todas estas visiones presentadas por los investigadores encabezados por Joseph Cesario, se relacionan también con lo que Martha Nussbaum señala cuando habla de que la concepción de los filósofos estoicos sobre las emociones es lo que permea en nuestro mundo actual. Los estoicos buscaban apartarse de las emociones, pues eran consideradas como algo malo para el hombre. La visión de los filósofos estoicos se fundamenta en el dominio y control racional sobre las emociones internas, independientemente de lo que le suceda a la persona en su contexto (visión que, en buena medida, pareciera ser compartida hoy en día desde la psicología positiva y la inteligencia emocional, que buscan superponer pensamientos y emociones positivas sobre las negativas). De los estoicos proviene por tanto esta división entre lo ‘racional’ como algo ‘superior’ y lo ‘emocional’ como algo inferior. De ahí que las visiones patriarcales señalen y hayan marcado por siglos que los hombres tendríamos que tender más a lo racional, en ese afán de ‘superioridad’ y soslayar las ‘emociones’ que son ‘inferiores’. Sin embargo, la misma Nussbaum señala que estas argumentaciones que dividen emoción de la razón están más fundamentadas en la tradición que en la razón. Si a las argumentaciones de Nussbaum, añadimos las investigaciones de Cesario y colaboradores, podemos afirmar que no hay necesariamente un ‘divorcio’ entre emoción y razón y que la razón no necesariamente es ‘superior’ a las emociones, la intuición o lo instintivo.


De hecho, desde las argumentaciones de Nussbaum, las emociones están llenas de pensamiento, por ello, en su definición sobre emociones, las nombra como juicios en torno a la realidad. Y es en este sentido que su definición de emociones se vincula con la definición de sentimientos que presenté (en donde los sentimientos pasan por el pensamiento). El problema con el hecho de que la visión estóica siga permeando hasta nuestros días es que los considerados ‘únicos’ animales racionales y/o emocionales, son los que más desean ocultar sus emociones y sus necesidades: “esto significa que con frecuencia aprenden a rechazar su propia vulnerabilidad […] podríamos decir también que son los únicos animales para los que sus necesidades son una fuente de vergüenza y que se sienten orgullosos de sí mismos en la medida en que mantienen a raya su vulnerabilidad” (Nussbaum, 2008, p. 165).


A manera de conclusión

Los investigadores encabezados por Cesario hacen un llamado a los psicólogos a abandonar estas teorías donde se separa a las emociones del raciocinio y lo instintivo. Nussbaum, hace un llamado a experimentar todas las emociones para tener una vida más plena, sin dejar de mencionar que las normas culturales (y yo añadiría las religiosas y socioculturales en general) influyen en la forma en que se pueden expresar y vivenciar las emociones. Por ello me parece importante promover una nueva visión desde la educación emocional, una en donde no haya etiquetas para los sentimientos ni para las personas, sino en donde se puedan vincular los sentimientos a las necesidades para que las personas podamos vivir mejor. La misma Nussbaum señala que las emociones (sean placenteras o displacenteras) se acaban experimentando tarde o temprano, independientemente de las normas, y se expresan aunque quieran ser contenidas. El no expresar las emociones (sobre todo las displacenteras) lleva a desequilibrios a diversos niveles en las personas.


Por último, no está de más señalar que tan solo con la razón, es imposible convencer a Trump de dejar de hacer el muro en la frontera entre E.U. y México, porque hay cuestiones emocionales que le mueven a seguirlo promoviendo aunque ya no sea presidente del país del norte. Tan solo con la razón, no siempre es posible ‘controlar’ las emociones ni promover a voluntad la ‘inteligencia emocional’. ¿Qué necesidades están vivas en ti cuando te sientes molesta, incómoda o enojada? Razón y emociones, emociones y razón. A veces se trata de mediar, de ir primero de la emoción para luego llegar a la razón, y a veces se trata de razonar, para después de haber ‘ventilado nuestras emociones’ poder transformar nuestras actitudes, o mediar con ellas. La razón, nos puede ayudar a diferenciar el problema de las personas, pero si no tocamos primero nuestras emociones, las ventilamos y las sanamos, recordando que nuestra consciencia es un continuo, parece imposible diferenciar a las personas del problema (el problema es el problema, la persona es la persona). Cuando sólo queremos llegar desde el racionciono, es común que tengamos la tendencia de pegar la identidad de las personas a los problemas, generando síntomas adversariales que promueven más y más violencia en nuestras sociedades, como el muro de Trump. Sea cual sea el problema que quiere resolver Trump, no está pegado a la identidad de las personas sean mexicanas o sean estadounidenses, porque al final, estas también son etiquetas creadas que se han pegado a ciertas identidades preferidas. Mucho por discutir aún.


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Mientras tanto, te dejo un abrazo pendiente, hasta que nos volvamos a encontrar por estos medios virtuales.


Referencias

*Antoni. Marcelo y Zentner, Jorge. (2014). Las Cuatro Emociones Básicas. Herder Editorial. Barcelona

* Aguado. R. (marzo de 2018). Emoción y aprendizaje. Conferencia llevada a cabo en el VI Ciclo de Experiencias en Psicología Educativa 2017-18, Madrid, España.

*Ander-Egg, E. (2016). Diccionario de Psicología. 3a ed.- Córdoba: Brujas. application. Cambridge UP, Cambridge, 157-200.

*Braidot, N. (2011). Sácale partido a tu cerebro: todo lo que necesitas saber para mejorar tu memoria, tomar mejores decisiones y aprovechar todo tu potencial. Barcelona, España: Gestión 2000.

*Cesario, Joseph, Johson, David, y Eisthen, Heather. (2020). Your Brain Is Not an Onion With a Tiny Reptile Inside. Artículo en Association for Psychological Science. SAGE Journals.

* Dugas-Ford, J., Rowell, J. J., & Ragsdale, C. W. (2012). Cell-type homologies and the origins of the neocortex. Proceedings of the National Academy of Sciences, USA, 109, 16974–16979.

*Ekman, P. (2016). What Scientists Who Study Emotion Agree About. Perspectives on Psychological Science, 11(1), 31-34.

*Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.

*MacLean, P. D. (1964). Man and his animal brains. Modern Medicine, 32, 95–106.

* MacLean, P. D. (1973). A Triune C oncept of the Brain and Behaviour: Hincks Memorial Lectures (T. J. Boag & D. Campbell, Eds.). University of Toronto Press. http://www.jstor.org/stable/10.3138/j.ctvcb5csx

*Nussbaum, M. C. (2008). Paisajes del pensamiento. La inteligencia de las emociones. Paidós.

*Plutchik, Robert (1980). A general Psychoevolutionary Theory of Emotion. En Theories of Emotion. Robert Plutchik y Henry Kellerman, Editores. Elsevier.

*Punset, E. (2012, junio 22). Redes - Las decisiones son inconscientes [Archivo de vídeo]. Radio televisión española: A la carta. Recuperado de https://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes- decisiones-son-inconscientes/1016325/

*Ripley, Becky y Knight, Emily (27 de Agosto de 2022). El "blob", la extraordinaria criatura que nos obliga a cuestionarnos si somos la especie más inteligente. Artículo en BBC, serie NatureBang. Texto en línea disponible en: [https://www.bbc.com/mundo/noticias-62663226?at_custom2=facebook_page&at_custom3=BBC+News+Mundo&at_custom1=%5Bpost+type%5D&at_campaign=64&at_custom4=3F1EB92A-2564-11ED-9EF1-3D1AFC756850&at_medium=custom7&fbclid=IwAR1iYVLMxiKnaj5KymGKFy31wIo1JQeUDx5l57shTg_BsuDiXlCxC7RSQG4]. Consulta realizada el 27 de agosto de 2022.

*Rosenberg, M. B. (2006). Comunicación no violenta. Gran Aldea Editores.

*Sarrió, Clotilde. (2016). Diferencias entre pensamiento, sentimiento, emoción y sensación desde la terapia gestalt. Artículo en Psyciencia, texto en línea disponible en: [https://www.psyciencia.com/diferencias-entre-pensamiento-sentimiento-emocion-y-sensacion/] consultado el 4/Ago/2022.

*Soon, C. (2008). Unconscious determinants of free decisions in the human brain. Nature neuroscience, 11, 543-545.

* Tomer, R., Denes, A. S., Tessmar-Raible, K., & Arendt, D. (2010). Profiling by image registration reveals common origin of annelid mushroom bodies and vertebrate pallium. Cell, 142, 800–809.



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