Por Mauricio Durán
(Ciudad de México, Mayo de 2023)
© Copyright 2023
- Si desea puede compartir este documento con otras personas o en otra web, siempre y cuando cite y haga referencia a la fuente, para más información sobre nuestro Copyright dirígete aquí -
De acuerdo con diversas personas investigadoras del tema, hoy en día cuando hablamos de maternidad sería más pertinente comenzar a referirnos al tema como ‘cuidados’ de las infancias, más que sólo ‘maternar’. El lenguaje y la forma de comunicarnos importa. ¿Por qué importa esto? ¿Qué entendemos por cuidados? ¿Qué es la perspectiva de género? ¿Qué es equidad y qué es igualdad? En este texto te dejo algunas reflexiones para abordar una mirada a estas interrogantes.
Las personas con una visión más purista de la lengua afirman que, en castellano o español, es correcto usar el genérico en masculino para referirnos a varios grupos de personas. Desde esa mirada, aparentemente no debiera haber nada que nos incomode. Sin embargo, la forma en que nos contamos las cosas, la forma en que nos comunicamos, las metáforas que utilizamos en el lenguaje, la forma de usar el lenguaje, nos construye o ‘destruye’ (afecta) como personas (todo esto desde una perspectiva centrada en las terapias narrativas [1], en las visiones filosófico-lingüísticas cognitivas [2] o desde la sociología del conocimiento [3]), y eso sí puede llegar a incomodar. A mí, me mueve y me importa.
¿Maternidad o cuidados?
Maternidad tiene que ver con la madre, con la mujer. La mujer ‘tradicionalmente’ ha estado ligada a los cuidados [4], sean para ‘arriba’ (cuidar a las madres, padres y/o abuelas/os) o para abajo (cuidar a hijas/os, sobrinas/os, infancias, juventudes). Esto forma parte de los relatos dominantes de los que he hablado ya en otros textos. Por esto, sería importante empezar a colocar en el imaginario colectivo la palabra ‘cuidados’ más que maternar. La persona cuidadora se hace cargo de la vida de otra(s) persona(s), en este caso particular, de las infancias y/o juventudes. No tendría por qué recaer todo el peso de los cuidados sobre la mujer. Compartir los cuidados, en la medida de las posibilidades, es responsabilidad de todas las personas que estén interesadas en ver por otras personas.
El cuidado de las infancias, es parte del desarrollo de la vida humana, la cosa es que históricamente ha sido menospreciado y no remunerado. Es importante voltear la mirada hacia allá para fomentar sociedades que reconozcan y apoyen la importancia de los cuidados. Existen dinámicas de poder que son invisibilizadas porque corren como relatos dominantes que pocas veces son cuestionados como: el hombre proveedor y la mujer cuidadora. Para esto, nos ayuda entender un poco la perspectiva de género.
Perspectiva de género
La perspectiva de género, nos ayuda a comprender con mayor profundidad la vida de mujeres y de hombres, y por supuesto, las relaciones interpersonales que se dan entre ambas partes [5]. De acuerdo con lo señalado por la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la perspectiva de género se refiere a dos aspectos principales: (1) La metodología (procesos, el camino a seguir) y (2) Los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar situaciones como la discriminación, la desigualdad y la exclusión que se genera en contra de las mujeres. Cuando se habla de metodologías, desde una perspectiva de la educación social [6], es importante señalar que no son caminos trazados e inamovibles, sino una especie de balizas de señalización que se pueden mover y ajustar, dependiendo de las personas y los contextos que se estén desarrollando. Se trata de acompañar a las mujeres para nombrar, visibilizar y validar los procesos que viven en su vida. La exclusión que viven, muchas veces es justificada con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres... algo así como lo que comentaba al inicio de este texto sobre las personas con perspectivas puristas de la lengua... también hay personas ‘puristas’ de la ‘ciencia’.
Estas diferencias que se plantean entre mujeres y hombres no sólo se dan a partir de ese determinismo biológico, sino sobre todo por relatos dominantes en nuestros entornos socioculturales, relatos creados, asignados y no cuestionados que circulan libremente y que rara vez son llevados a reflexiones más profundas para ver si nos vienen bien o no como personas... algo así como las perspectivas puristas de la lengua y de la ciencia. Por eso, hay muchas acciones pendientes por realizar para intentar promover cambios en torno a estos relatos dominantes sobre el género, para crear condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la igualdad.
Igualdad y equidad
Cuando se mencionan los términos como igualdad y equidad, en ocasiones hay confusiones, y por ello me es importante aclarar que la igualdad es la idea... el sueño... el ideal del cómo debería ser el trato personal y social para todas las personas, y en este caso particular... específicamente para la mujer. Por otro lado, la equidad se refiere a la serie de estrategias que se usan para promover el reconocimiento de las características y condiciones personales y sociales de todas las personas para que la aplicación de la igualdad sea justa. Por lo tanto, la equidad promueve la construcción de la igualdad, haciendo énfasis en las diferencias sociales, desigualdades y las necesidades diversas y ‘disparejas’ que enmarcan a los hombres y a las mujeres [7].
Visibilizar las desigualdades
A menudo escucho o leo quejas de personas que dicen que eso de la igualdad y la equidad son sólo temas de moda y que ya demos vuelta a la página... que todo está bien como está. Pero cuando volteo a ver las personas en mi entorno (consultantes en psicoterapia, estudiantes, amistades, familiares), no puedo evitar sentir enojo e incomodidad por lo que veo o escucho que viven día a día, y por eso apuesto a nombrar y visibilizar para ver si logramos transformar, aunque sea algo, desde la trinchera que nos toque estar. Y para muestra... un botón: la investigadora Delia de Dios Vallejo [8], señala que cuando se habla de que la sexualidad de la mujer, a nivel sociocultural, no se trata de una sexualidad abierta y disfrutable para la mujer únicamente; es común que se convierta en una sexualidad especializada en la maternidad y un erotismo para el placer de otras personas, y no necesariamente para ella misma.
Las mujeres inmersas en estos relatos dominantes, ‘deben’ procurar placer sexual a los hombres y ser las madres de los hijos de los hombres... por no mencionar que, en no pocas ocasiones, se convierten en las 'madres de sus propios hombres-parejas afectivas’. Se convierten en cuidadoras en todo momento. Así, el trabajo de la mujer queda supeditado a ese esquema de cuidadora y dadora, en los ámbitos tanto privados como públicos. Esos cuidados, ese sostener, ese darse a otras personas (en la familia, la comunidad, y/o en el trabajo), es un proceso que necesariamente lleva al cansancio y no es valorado en ninguno de esos ámbitos. La mujer cuidadora sufre cambios físicos, psicológicos y sociales que tienden a relegarla y a no ser vista por otras personas. Según datos de ONU Mujeres, la mujer realiza cuando menos 2.5 veces más trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres, considerando aspectos tales como cocinar, limpiar, lavar o cuidar de las infancias y las personas mayores de la familia. Y es entonces cuando viene la pregunta obligada en este blog y en estos espacios para accompañarte... y entons’ ¿cómo le entramos?
Algunas reflexiones
Como hombre, no puedo ver lo que vive y experimenta una mujer. Como mujer que no materna, no se puede ver lo que vive una mujer que sí materna. Como persona que cuenta con todas sus capacidades motrices e intelectuales, no puedo ver de primera mano lo que viven, sienten y perciben las personas con discapacidad. Así que, trabajar con la empatía es absolutamente necesario e indispensable. Trabajar con la conexión de mis sentimientos, el mostrarme vulnerable, conectar con mis sentimientos displacenteros, validarlos y ver que detrás de ellos hay necesidades por atender, me permite trabajar con la empatía, me permite conectarme con el dolor de otras personas.
La perspectiva importa, ¡y mucho! Por eso el tema del mes durante mayo, en accompañarte está dedicado a la maternidad y la perspectiva de género. ¿Qué tanto soy capaz de ver tu cansancio desde tu perspectiva, no desde la mía? ¿Qué tanto soy capaz de ver tu dolor, desde tu perspectiva, no desde la mía? Por favor, dejemos de lado, por lo menos en un primer momento y en los momentos necesarios, el “optimismo y el tú puedes”... Es importantísimo, primero pasar por la validación del dolor de las otras personas para acompañarles, ya sanado, podemos hablar desde otras perspectivas.
¿Soy capaz de verme en tu cansancio? ¿Soy capaz de verme en tu dolor?
Te veo, me veo, nos vemos.
¿A qué te mueven estas reflexiones? Si decides compartir, por favor hablemos desde lo que sentimos, desde lo que nos mueve y necesitamos. Si algo de lo que aquí he escrito te mueve de una manera profunda y crees que necesites algo de acompañamiento, recuerda que puedes dar un vistazo a lo que ofrecemos para accompañarte dando clic aquí. Mientras tanto, te dejo un abrazo pendiente, hasta que nos volvamos a encontrar por estos espacios virtuales.
Referencias
[1] White, M. & Epston, D. (1990). Medios narrativos para fines terapéuticos. Barcelona: Paidós.
[2] Lakoff, G., y Jonhson, M. (1986). Metáforas de la vida cotidiana. Cátedra.
[3] Lizcano, Emmánuel. (2006). Metáforas que nos piensan. Sobre ciencia, democracia y otras poderosas ficciones. Ediciones Bajo Cero y Traficantes de Sueños.
[4] Planes, María Soledad. (2019). Cuidar a otros… ¿Cosa de mujeres? Artículo en Inter American Development Bank. Texo en línea disponible: https://blogs.iadb.org/igualdad/es/cuidar-a-otros-cosa-de-mujeres/ consulta realizada el 30 de abril de 2023).
[5] Editorial de la CNPEVCM. (2018). ¿Qué es la perspectiva de género y por qué es necesario implementarla? Artículo en el blog de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres
[6] Úcar, X. (2018). Metáforas de la intervención socioeducativa: implicaciones pedagógicas para la práctica | Metaphors for socio-educational intervention: pedagogical implications for practice. Revista Española de Pedagogía, 76 (270), 209-224. doi: https://doi.org/10.22550/REP76-2-2018-01
[7] Rubio, Ana. (2019). Hacia el 8M: ¿Igualdad o equidad? Artículo en FAD Juventud. Consulta realizada el 29 de abri de 2023. Texto en línea: https://fad.es/planetajoven/hacia-el-8m-igualdad-o-equidad/#:~:text=Por%20tanto%2C%20se%20entiende%20que,los%20hombres%20y%20las%20mujeres.
[8] de Dios-Vallejo, Delia Selene. (2014). Equidad de género y embarazo. Perinatología y reproducción humana, 28(2), 71-78. Recuperado en 08 de mayo de 2023, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-53372014000200002&lng=es&tlng=es.
Comentários