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La depresión. Una mirada humanista.

Actualizado: 3 nov 2023

Por Mauricio Durán

(Ciudad de México, Agosto de 2022)

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¿Has pasado por etapas de tristeza persistente? ¿Las actividades que antes disfrutabas, ahora no te satisfacen? Quizá puedas estar pasando por algún cuadro de depresión.


Hacia una primera aproximación

La depresión se caracteriza por estados de tristeza persistente, estados de ánimo decaídos, una disminución del interés en actividades que antes se disfrutaban y otras manifestaciones, a manera de síntomas, que impiden a las personas realizar sus actividades, funcionar o desempeñarse de una manera satisfactoria en su vida cotidiana.


Desde la perspectiva de la psicología clínica, esta condición surge por diversos factores: genéticos, antecedentes familiares, estrés, enfermedades, abuso de sustancias como drogas o alcohol, y/o traumas (entendidos como choques, impactos o impresiones emocionales muy intensos causados por algún estímulo externo, hechos o acontecimientos que producen en las personas huellas duraderas que no son sencillas de superar y pueden llevar mucho tiempo para sanar).


Se trata de una de las condiciones de salud mental más comunes. En México el 32.6% de la población se ve afectada con depresión (14.1% depresión mayor y 18.5% depresión menor), según datos de Berenzon y colaboradores (2013). Durante la pandemia y postpandemia el fenómeno se agravó, tomando en cuenta condiciones de género y niveles socioeconómicos (Teruel y colaboradores, 2021). A nivel mundial, la depresión y la ansiedad aumentaron más de un 25% solo durante el primer año.


Una mirada desde la terapia humanista Gestalt

Desde la perspectiva de un acompañamiento humanista, específicamente de la Gestalt, la depresión se relaciona con algunos aspectos de la neurosis. Cabe señalar que la neurosis de la Gestalt, no es lo mismo que la neurosis de la psicología clínica. Desde la Gestalt, en la neurosis la persona no es capaz de percibir sus emociones ni sus necesidades, y cuando empieza a clarificarlas, busca ignorarlas a través de la represión y negación de las mismas. Este proceso, le lleva a la persona a no poder satisfacer sus necesidades y a una constante insatisfacción (Bastidas, 2019).


Desde la mirada de Fritz Perls, fundador de la Gestalt junto con Laura Posner, en la neurosis existen dos actitudes y creencias introyectadas e impuestas en las personas durante su primera infancia, sin que las personas las pudieran cuestionar:


(1) La parte excesivamente severa de la persona. Proviene de un entorno que le impuso preceptos bajo amenazas de castigos o retiradas del afecto. Esta parte es interiorizada, de tal forma que la persona se convierte en vigilante de sí misma en torno a cómo “deben ser” sus pensamientos y comportamientos. Sería como el ‘adulto vigilante’ que internalizan las personas o un ‘dictador’ interno (Ward & Rouzer, 1974, p. 25); y


(2) La parte de la persona que es sumisa, complaciente y víctima. Es aquella parte que lucha por satisfacer sus necesidades, deseos, e instintos; aquella que atendía lo que necesitaba la persona cuando era niña. Por todo esto, tiende a aplazar tareas, confundirse, no comprometerse, y fracasar. Ante ese escenario se muestra como desamparada e incompetente (Reyes, S.F.).





Con base en esto, una persona que está pasando por un proceso de depresión, divide su personalidad entre lo que ‘debiera hacer’ y lo que hace; entre una ‘autoridad interiorizada’ como un ‘adulto severo’ y un niño que se siente desvalido y sólo quiere satisfacer sus necesidades instintivamente. Ante tal escenario, la persona se vuelve agresora y víctima de sí misma. La persona se mueve entre los dos polos de esas personalidades introyectadas. El problema es que ninguna de estas dos partes es expresada o experimentada en su totalidad por la persona. Ante esta situación se genera un conflicto no resuelto, y la persona continuará siendo el objetivo de su agresión (Tyson & Miller, S.F.). De este modo, la persona en un proceso depresivo, más que reconocer sus necesidades, se manipula a sí misma y/o a su entorno porque está en una lucha entre la ‘severidad’ y ‘el niño desvalido’. La persona se siente aislada.


Es importante tomar en cuenta factores interpersonales en la depresión: Salzman (1974) señala que ésta se da cuando la persona siente que ha perdido su autoestima porque no logra acoplarse a los ideales y objetivos perfeccionistas. En la depresión, el miedo al dolor y la desesperanza, disuade a la persona de experimentar y expresar sus emociones (Perls, 1970).


Una aproximación al acompañamiento de la depresión desde la psicoterapia humanista

De manera general, es conveniente recordar que el enfoque de las psicoterapias humanistas toma en cuenta los siguientes puntos importantes con relación a la persona:


(1) La persona como un todo;

(2) Forma parte de un contexto relacional con otras personas;

(3) Puede reflexionar sobre sí misma;

(4) Puede elegir en libertad; y

(5) Tiene intencionalidad –tiende a los valores, propósitos y a dar significado a lo que sucede (Fernández-Puig y Segura Bernal, 2022).


Con base en esto, el acompañamiento psicoterapéutico-humanista busca ayudar a la persona que se encuentra en procesos de depresión, primero que nada a expresar sus emociones, transformar los discursos y las voces internas que le han habitado en torno a las dos polaridades (la parte severa y la parte sumisa que mencioné hace unos párrafos); se busca acompañarle a transformar el ‘deber ser’, o los ‘podría ser’ por discursos más afines con las identidades preferidas de la persona, en un camino que busca sanarla y reintegrarla. Se trata de acompañar para que la persona pueda ponerse en contacto con sus sentimientos y necesidades.


En un segundo momento, se promoverá la reintegración como persona: acompañar para que la persona consultante se haga consciente de las dos partes que integran sus discursos de vida (el dictador y el niño sumiso), con la finalidad de ponerlas a dialogar, hacerlas visibles, experimentar lo que siente y necesita cada parte; explorar de dónde vienen para darles un cause diferente. Todo esto con la finalidad de que la persona conecte con sus necesidades; impulsarla a ser como realmente es (Beiseer, 1970).


El hecho de que la persona pueda explorar las voces que interiorizó desde su niñez, adolescencia (o pudiera ser que hasta en su edad adulta) ayuda a descubrir de dónde vienen las visiones ‘autoritaria’ y del ‘niño desvalido’ que promueven sus procesos depresivos. Cuando se externalizan estas voces, es posible que la persona separe el problema de su propia identidad. El problema no es inherente a la identidad de la persona; identificar este proceso es sanador. De esta manera, la persona puede comenzar a gestar el camino para consolidar sus identidades preferidas (Epston & White 1990; Morgan, 2000; Carey & Russell 2002), que facilitan su crecimiento, responsabilidad y confianza en sí misma.


Después de estos procesos, es posible promover el ajuste creativo de la Gestalt, del cual hablé en el artículo previo sobre la ansiedad. En síntesis, este ajuste se refiere a que las personas podemos usar 'ajustes simples' ante estímulos que nos mueven en el día a día; sin embargo, en ocasiones necesitamos de ajustes más profundos y complejos, conocidos en la psicoterapia Gestalt como ‘ajustes creativos’. Estos se usan para afrontar estímulos más complejos que impactan a la persona. Los 'ajustes creativos' se consiguen buscan en conjunto con apoyo de un psicoterapeuta que acompaña a la persona (en este caso con depresión). A través de este ajuste, la persona se hará de nuevos recursos, se aproximará a sus identidades preferidas, se hará de nuevas habilidades y capacidades para mejorar su calidad de vida.


¿Por qué es importante el acompañamiento psicoterapéutico?

Todo lo que vivimos como personas tiene una razón de ser y nos vamos haciendo de 'herramientas', a nivel emocional, para sobrevivir aún en la adversidad. Las 'máscaras' o 'defensas' de las que nos vamos haciendo, forman parte de un sistema que nos ha ayudado a 'subsistir' en el entorno. No basta con 'dar consejos' o aplicar una serie de 'recetas' para 'salir adelante'. Un acompañamiento psicoterapéutico puede ayudar a que las personas puedan ir develando capa tras capa lo que les ha protegido en el entorno y que ya no les es de utilidad en la actualidad. Sin embargo, el acompañamiento tiene que ser lo suficientemente creativo y cuidadoso como para no quitar de golpe lo que ha formado parte de la vida de las personas durante años y les ha ayudado a 'navegar' en la vida.


En el fondo, lo que las personas buscamos es ser cuidadas, escuchadas, amadas y validadas, al no encontrarlo, nos armamos de máscaras o herramientas que nos ayudan a vivir como mejor nos sea posible. Esas herramientas se convierten en 'capas protectoras' de lo más profundo de cada una de nosotras. Es probable que nosotras como personas no podamos develar tan fácilmente esas capas para transformarlas, porque tenemos mecanismos de defensa. Además, para las personas ha sido importante cuidar cada capa, porque es lo que les ha ayudado a sobrevivir. No se pueden quitar y no nos permitimos quitarlas sólo porque alguien nos lo diga o porque las hayamos encontrado.


Los cambios a fondo implican procesos cuidadosos, meticulosos que un terapeuta puede acompañar, verificando paso a paso lo que es importante para las personas. Cuando las personas están listas para avanzar, dan un paso en el proceso de soltar o transformar una a una esas capas protectoras. No es recomendable ir al paso que marque el entorno u otras personas (ni siquiera un terapeuta). Se trata de un proceso de reaprendizaje para vivir mejor. Si no damos los tiempos y espacios necesarios, la persona volverá al viejo y conocido método de los aprendizajes forzados por medio de premios y castigos, o tenderá a racionalizar las cosas, volviendo al 'deber ser. Es común que las personas tratemos de 'hacer ver' o 'hacerle entender' a las personas con alguna problemática el por qué tal o cual cosa ya no les es de utilidad. Sin embargo, la razón no siempre es suficiente para realizar un cambio profundo, a veces hay que pasar primero por las emociones o ir mezclando los procesos de sentir, pensar, imaginar, recordar. Para ello, un accompañamiento humanista puede ayudar para reconstruirte como persona, cuando estés lista.


¿Qué podemos hacer, además de buscar el acompañamiento de una persona profesional?

Me parece importante, por lo pronto, que hagamos consciencia de los impactos que podemos generar en nuestro entorno si partimos de la premisa general de enseñar o acompañar bajo la mirada de los premios y castigos. Si cambiamos este paradigma, quizá podamos ayudar a transformar el futuro de las personas. Para estas miradas existen movimientos que fomentan el parto respetado, la crianza con apego, y la crianza y educación libre de premios y castigos. Si bien, me queda claro que estas aproximaciones no son sencillas de abordar ni de llevar a cabo puesto que implican un gran compromiso, desgaste y cansancio que también llega a desembocar en estrés para las personas cuidadoras, podríamos comenzar por hacernos más conscientes de que existen otras formas de acompañar a quienes están a nuestro alrededor.


Existen otros factores de estrés para las personas cuidadoras y/o educadoras que no facilitan del todo la labor de educar y/o acompañar totalmente libre de premios y castigos, pero eso lo abordaré en otro momento. Baste con señalar, por el momento, que nuestros contextos socioculturales y políticos, no siempre nos brindan las herramientas necesarias para promover este tipo de acompañamiento. Pero en la medida en que nos permitamos visibilizar el tipo de educación predominante en nuestras sociedades, en la medida en que nos permitamos visibilizar las problemáticas socioculturales y políticas, quizá podamos estar comenzando a promover algo de consciencia y algunos cambios que pueden mejorar la calidad de vida de más personas.


Las psicoterapias humanistas permiten a las personas: visibilizar sus emociones y sentimientos, conectarlas con sus necesidades, promover el nombrar y expresarlas; identificar que existen responsabilidades compartidas con un contexto relacional; e irse reintegrando como personas. Si te interesa conocer alguno de nuestros acompañamientos, dales un vistazo en ESTA LIGA.


Para ir concluyendo y un estudio reciente

Es importante mencionar que existen casos severos de depresión, en donde se promueve a menudo el apoyo psiquiátrico. En estos casos, el acompañamiento psicoterapéutico es visto como un complemento y un proceso necesario para llegar al fondo y a la raíz del problema. Existen miradas que señalan que no debe descuidarse el acompañamiento médico. Sin embargo, los estudios más recientes (20 de Julio de 2022) ponen en duda la relación directa entre la depresión y la química cerebral (específicamente se refiere a los bajos niveles de serotonina). El artículo que pone sobre la mesa esta discusión puede ser revisado en la revista científica Molecular Psychiatry (Psiquiatría Molecular).


La investigadora que encabeza este artículo, publicó un texto (en inglés) para profundizar sobre el tema: How to take the news that depression has not been shown to be caused by a chemical imbalance (Cómo tomar la noticia de que no se ha demostrado que la depresión sea causada por un desequilibrio químico). Finalmente, no está de más recordar lo que ha señalado la Organización Mundial de la Salud, sobre la depresión y la ansiedad: la OMS señala que el ver estos procesos como problemas médicos, no necesariamente es de ayuda; por el contrario, está promoviendo “una dependencia excesiva de las drogas psicotrópicas en detrimento de las intervenciones psicosociales” (OMS, 2021).


Si crees estar cursando por un proceso depresivo, acércate a una persona profesional en el ámbito de la salud mental. Existen recursos, evaluaciones y cuestionarios en línea para valorar si estás pasando por un proceso depresivo, aunque no siempre provienen de fuentes confiables. Algunas de las pruebas y escalas de depresión que se utilizan en la Psicología Clínica o la Psiquiatría incluyen las siguientes alternativas:


*Cuestionario de Salud del Paciente-9 (PHQ-9)

*Adolescente PHQ-9

*Inventario de depresión de beck

*Inventario de depresión mayor

*Inventario de la Depresión de Roma

*Inventario de depresión infantil

*Escala de depresión de autoevaluación de Zung

*Escala de calificación de Hamilton para la depresión

*Centro de Estudios Epidemiológicos Depresión

*Escala de depresión geriátrica.


En accompañarte contamos con 13 años de experiencia en el ámbito del Acompañamiento y el Desarrollo Humano con personas de diversas edades; y 19 años de acompañar procesos de jóvenes tanto a nivel educativo como socioemocional y psicoemocional. Si necesitas información de nuestros acompañamientos psicoterapéuticos da clic aquí Te dejo un abrazo pendiente, esperando encontrarte en nuestras redes sociales, en nuestro canal de youtube, o en la escucha de nuestro podcast.


Referencias

* Bastidas, Marlene. (2019). Los estados de la neurosis. Artículo en Gestaltnet. Disponible en línea en [https://gestaltnet.net/gestaltoteca/documentos/articulos/estratos-neurosis#:~:text=El%20neur%C3%B3tico%20es%20aquella%20persona,de%20ignorarlas%20reprimi%C3%A9ndolas%20o%20neg%C3%A1ndolas.]. Consulta realizada el 5/Ago/2022.

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