Por Mauricio Durán
(Ciudad de México, Junio de 2022)
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***Si eres una persona más auditiva, escucha nuestro podcast sobre 'Los famosos sentimientos negativos'***
Estigma es una marca o señal que una persona impone a otra para mostrar claramente un signo. En la antigüedad estos signos eran para señalar la esclavitud. Hoy en día muchas personas son (somos) estigmatizadas por diversas razones para seguir señalando rasgos que a otras personas les son incómodos.
Poco antes de comenzar el doctorado, cerca de 2017, me había encontrado con un curso en línea promovido por el Centro Nacional de las Artes México que llevaba por título algo así como "Estudios sobre la Felicidad". Me inscribí entusiasmado, porque mis inquietudes de seguir creciendo como persona para apoyar mis labores sobre desarrollo humano siempre han sido muchas. Además, en esa época meditaba disciplinadamente a diario, y confiaba en el dicho de Anthony de Mello sobre la espiritualidad: 'todo está bien, independientemente de lo que pase'. Hoy en día sigo meditando, pero mis concepciones han cambiado y me permiten tener una visión más amplia de las cosas.
Desde niño siempre escuché muchas frases como: 'no te enojes' o '¿pero por qué te enojas? respira y cálmate'. En México, de hecho, había un comercial que decía 'cuenta hasta diez' para hablar del enojo. Proponían respirar y contar hasta diez para evitar un desbordamiento que dañara a otras personas. De este video hablaré un poco más adelante. A los 17 años pasé por una de mis primeras depresiones, pues cambiamos de lugar de residencia con mi familia, dejando detrás de mí a todas mis amistades de adolescente. La tristeza profunda se apoderó de mi persona y la pasé muy mal. Eso fue solo el comienzo de una serie de depresiones crónicas que me aquejarían durante al menos 12 años más. El asunto es que durante al menos unos 30 años de mi vida configuré en mi cabeza que los sentimientos etiquetados como 'negativos', eran realmente malos y que había que luchar contra ellos, o trabajarlos de algún modo. De ahí que cuando encontré el reiki y la meditación les hice parte de mi práctica cotidiana y me ayudaron a estabilizarme, a encontrar un estado de 'paz'. Pero esos estados de 'paz' me llevaron a tener un miedo y pavor a que cuando sentía alguna sensación parecida a la tristeza, la ansiedad o ganas de llorar, fuera a recaer en la depresión o que alguno de esos sentimientos 'negativos' se apoderaran de mi persona. Así, me construí otra idea acerca de que el llorar y el estar triste, no era 'bueno' tampoco. Por lo tanto, había que estar preparado para los duelos y evitar que estos me llevaran a estados de depresión nuevamente. Vaya lío.
En 2018 comencé el doctorado en educación y por esas mismas fechas llegó a mis manos el libro de Marshall Rosenberg sobre Comunicación No Violenta (CNV). Algo empezó a cambiar en mi visión sobre las cosas. Resulta que la visión de Rosenberg convergía con mis perspectivas desde la meditación en torno a la inexistencia de las etiquetas de 'sentimientos positivos' y 'sentimientos negativos'. En la corriente de meditación que trabajo y enseño hablamos sobre la expansión de emociones para usarlas en nuestro beneficio, sin importar qué tipo de sentimientos estemos experimentando en una situación dada. Marshall Rosenberg, sin embargo, va más allá; habla de conectar los sentimientos con las necesidades humanas... (Muy bien, hasta aquí todo sonaba muy bien. Pero ¿y cómo le entramos? o como decimos en México... ¿y eso cómo se come?).
La teoría, por lo menos para mí, generalmente es más fácil que la práctica. Cuando conocí a Gerardo Aridjis y su visión sobre la CNV, empecé a digerirlo un poco mejor. Comencé a integrar sus propuestas a mi vida, a mi proyecto de investigación y a mis acompañamientos con las personas. Desde estas miradas, Rosenberg habla de 'sentimientos de necesidades satisfechas' y 'sentimientos de necesidades no satisfechas'. En síntesis, los sentimientos son mensajeros que es necesario atender para resolver necesidades pendientes. Gerardo utiliza una metáfora muy sencilla: si tienes hambre, comes ¿no es cierto? El hambre es una señal del cuerpo que nos indica que necesita alimento. La forma de atender esa necesidad puede variar. A eso se le llama 'estrategia' en la CNV. Es decir, si yo tengo hambre y antojo, probablemente puedo usar la estrategia de comer unos tacos de moronga, pero cuando pregunto a mis estudiantes a quién le gusta la moronga, más de la mitad me han dicho que no les gusta. Si yo les invito a saciar su hambre y antojo con mi estrategia, probablemente la mitad de ese grupo de personas me dirá "no, gracias Mauricio". Si eres una persona vegetariana, quizá la mejor manera de satisfacer tu hambre y antojo será a través de una deliciosa ensalada o probablemente unos ricos fideos de arroz con salteado de tofu y pimiento. Las estrategias son las que decidimos cada quien y las que generan las diferencias. Los problemas entre las personas, muchas veces vienen de las estrategias, nunca de los sentimientos ni de las necesidades.
Cuando les explico los cuatro componentes de la CNV a mis estudiantes o a las personas que acompaño, les hablo de: (1) La observación; (2) Los sentimientos; (3) Las necesidades; y (4) La petición de acción concreta (que implica tratar de llegar a un acuerdo sobre las estrategias a usar para solventar las necesidades). Ahora mismo, en este texto, me voy a centrar únicamente en los sentimientos y las necesidades.
Los estudios sobre la felicidad, de los que hice mención al inicio de este texto, se basan en la psicología positiva, término propuesto por Martin Seligman en una conferencia de la Asociación Americana de Psicología (Seligman, 1999). El problema con estas visiones es que etiquetan a los sentimientos como 'positivos' y 'negativos', provocando una confrontación que lleva a una lucha de adversarios generadora de violencia, siguiendo los pensamientos de Marshall Rosenberg. Si en lugar de ver a los sentimientos 'negativos' bajo esa etiqueta, empezamos a entender que son maravillosos y hasta amorosos mensajeros de las más hermosas necesidades que tenemos como seres humanos, nuestra visión podría comenzar a cambiar.
Cuando todo esto comenzó a hacerme sentido, entendí que no tenía que 'luchar' más con el enojo por miedo a caer en las etiquetas de que no es bueno enojarse, ni con la tristeza o el duelo por miedo a caer en la depresión. Me di cuenta de que más bien tenía que comenzar a ver de dónde venían esos enojos, duelos o tristezas, poner atención a las necesidades que había detrás de ellos. Me percaté de que mi niño interior necesitaba sanar muchas cosas aún (a pesar de que en meditación ya había trabajado con otras tantas). Me percaté de que Mauricio tiene aún muchas necesidades por atender y resolver. Si bien es cierto que no todas las necesidades se pueden atender, y ese es un duelo por el que necesariamente tendremos que pasar, por algo podemos comenzar.
Es necesario hacer contacto con nuestras emociones y nuestros sentimientos para ver qué mensajes tienen para nosotras como personas, para tratar de atenderlas y resolverlas de la mejor manera posible. A la luz de la consciencia que brindan herramientas como la psicoterapia y el acompañamiento personalizado, cuando logramos ponernos en contacto con nuestras vulnerabilidades, nuestros sentimientos de necesidades no resueltas, podemos empezar a reconstruirnos y re-armarnos como nuevas personas en constante cambio y en constante crecimiento. Luego de ello, podemos reintegrarnos con las herramientas que tenemos o de las que nos podemos hacer, tales como la meditación, el ejercicio u otras.
Para ir cerrando, retomaré brevemente el video sobre el 'cuenta hasta diez'. Hay muchos elementos a analizar en este video, y el texto no da ahora mismo para entrarle a todos ellos. En otro texto, podremos retomar ese análisis a profundidad. Por el momento, baste decir que el recurso de la respiración, nos permite re-conectarnos con nuestra parte racional cuando las emociones se han apoderado de nuestra amígdala (una de las partes del cerebro que actúan más instintivamente). Pero la cuestión no para ahí en lo racional. No basta con darnos cuenta 'racionalmente' de que a veces tenemos estrés laboral que nos hace reaccionar con enojo o ir ante un estímulo, tal como lo presentan en el video. Detrás de esa persona enojada, de ese papá del video, deben haber muchas voces de su infancia o de su pasado que señalan que si su hijo saca una 'mala' calificación, va a ser un 'fracasado', habría que verificarlo con esa persona para no hacer diagnósticos, sino justamente verificaciones personales. Detrás de ese 'enojo' podrían haber muchos temores, muchos dolores no sanados, muchas necesidades por resolver. ¿Qué está cuidando ese padre cuando tiene un profundo temor a que su hijo sea un 'fracasado'?
Somos parte de un sistema patriarcal en donde dividimos las emociones de la razón; en donde 'las mujeres son de venus' y 'los hombres son de marte'; en donde la mujer que se enoja o muestra su ira, es estigmatizada como 'histérica', pero si el hombre se muestra de la misma forma es etiquetado como 'fuerte'. Sociedades con este tipo de concepciones patriarcales que nos atraviesan, son altamente tóxicas tanto para hombres como para mujeres (más para con las mujeres que para con los hombres, debo subrayar). En el caso de los hombres, también llevamos las de perder, y muchas veces no lo alcanzamos a ver. Los hombres, históricamente estamos atravesados por voces que resuenan en el contexto y que nos han indicado por años que 'no debemos llorar' o que 'debemos ser fuertes'. Muchas personas hemos estado o estamos desconectadas de nuestros sentimientos, y mucho más desconectadas de nuestras necesidades.
El enojo, la tristeza, el dolor, pueden ser hermosos mensajeros de necesidades por resolver para tener una mejor vida. En la vida cotidiana no es tan simple como en la teoría. A mí aún me cuesta trabajo reconectarme cuando el enojo o la ansiedad me secuestran. A veces dejo de escucharme o de escuchar a quienes están en mi entorno y dejo de escuchar las necesidades que hay detrás de mis sentimientos o de las personas que me rodean. Sin embargo, podemos tratar de ir juntas, como personas, en el proceso para entendernos, escucharnos y reconectarnos, entre meditaciones y accompañamientos psicoterapéuticos.
¿Y tú? ¿Estás conectada con tus sentimientos y necesidades? Si quieres ver una de nuestras clases sobre CNV da clic acá. Tendremos una charla taller muy pronto: 'Yo y mis sentimientos negativos' Acompáñame en ella. Acá te dejo un enlace para conocer nuestras próximas charlas-taller. Y para que la economía no sea un impedimento, conoce más sobre la 'economía de las necesidades mutuas'
¿Nos accompañamos?
Me gustaría mucho leer tus comentarios. Déjame por aquí mismo los temas te gustaría que tratara en este blog y/o en el podcast. Sólo te pido que lo que escribas sea desde tus sentimientos y necesidades, no desde el debate que genera "síntomas adversariales" con personas ganadoras y perdedoras. Dale un vistazo al artículo Sobre la escucha, si quisieras entender el contexto de mi petición. En accompañarte contamos con 13 años de experiencia en el ámbito del Acompañamiento y el Desarrollo Humano con personas de diversas edades; y 19 años de acompañar procesos de jóvenes tanto a nivel educativo como socioemocional y psicoemocional. Acá toda la información si buscas psicoterapia.
Te dejo un ***abrazo pendiente*** para accompañarte por si un día te es de utilidad, aunque sea desde lo virtual.
***El abrazo pendiente lo tomo de la idea del café pendiente. Si no conoces del tema, dale un vistazo breve por acá***
Referencias
*Rosenberg, M. B. (2006). Comunicación no violenta. Gran Aldea Editores.
*Seligman, M.E.P. (1999). The presidents address. APA.1998. Annual Report. American Psychologist 54:559-562.
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