El 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha para reflexionar y tomar acción sobre uno de los problemas de salud pública más complejos y dolorosos a nivel global. Desde la perspectiva de las terapias humanistas, que se enfocan en la experiencia individual, las emociones y la autoexploración, es esencial comprender este fenómeno con un enfoque integral. En México, los datos del INEGI [1] arrojan cifras preocupantes que merecen especial atención: tanto los hombres como los jóvenes están entre los grupos más vulnerables. En este texto intentamos reflexionar sobre estos temas desde una mirada más humana.
El Suicidio en Hombres: La Necesidad de Nuevas Masculinidades
Los datos del INEGI muestran que el mayor porcentaje de los suicidios en México durante 2021 fueron cometidos por hombres, lo que pone en evidencia una crisis relacionada con la salud mental masculina. Pero, ¿por qué los hombres son los más afectados?
Desde las terapias humanistas, especialmente las de enfoque existencial [2] y gestáltico [3], se habla mucho sobre la importancia de conectar con nuestras emociones, ser conscientes de nuestras necesidades y aprender a expresar lo que sentimos. Sin embargo, los hombres tradicionalmente hemos sido educados bajo un modelo de masculinidad que reprime este tipo de expresiones. El rol de 'hombre fuerte', que no puede mostrar vulnerabilidad, genera una desconexión con las emociones, lo que, en el tiempo, puede conducir a una sensación de aislamiento.
Es en este punto donde entra la importancia de promover nuevas masculinidades [4]. Necesitamos remodelar la idea de que los hombres solo pueden ser 'proveedores' o 'protectores'. Esto implica romper con estereotipos y generar espacios seguros donde los hombres puedan hablar abiertamente sobre lo que sienten. Temas como la tristeza, el miedo, o incluso la necesidad de apoyo emocional, no deberían ser tabú. Al contrario, reconocer y compartir estas emociones es un acto necesario para la salud mental.
El suicidio muchas veces surge cuando el sufrimiento no tiene vías de expresión, y al final, no deja de ser una estrategia que acaba impactando al entorno de quien opta por ella. Aquí es donde las terapias humanistas ofrecen herramientas valiosas. Al fomentar un espacio de escucha activa y comprensión, se acompaña a las personas, en este caso a los hombres, a reconocer que es válido sentir y que no estamos solos.
Suicidio en Jóvenes y Adultocentrismo: Rompiendo las Barreras
El segundo grupo más afectado por el suicidio en México, según el INEGI, son las personas jóvenes entre 15 y 29 años. Durante 2021, un alto porcentaje de las muertes por suicidio pertenecían a este rango de edad. Esta estadística refleja una profunda desconexión entre las generaciones más jóvenes y los sistemas sociales que, en teoría, deberían apoyarles.
Uno de los factores que influyen en esta desconexión es el adultocentrismo [5], una estructura cultural donde las voces y experiencias de los adultos tienen prioridad sobre las de los jóvenes. En este modelo, las preocupaciones, emociones y necesidades de las personas adolescentes suelen ser minimizadas o ignoradas por las personas adultas, quienes tienden a ver la vida de las juventudes desde una óptica propia, restando importancia a lo que realmente sienten.
Desde las terapias humanistas, se busca que cada persona sea valorada como un individuo único, con experiencias válidas, independientemente de su edad. En el caso de las juventudes, muchas veces el sufrimiento viene de una sensación de no ser escuchadas o comprendidas, lo que puede generar un vacío emocional. Cuando no se les brinda el espacio para procesar sus emociones, pueden caer en la desesperanza.
Para prevenir el suicidio en la juventud, necesitamos comenzar a nombrar que existen posturas adultocentristas y comenzar a construir relaciones basadas en la empatía y el respeto. Las personas adultas debiéramos escuchar activamente, sin juzgar o minimizar, y estar en la disposición de aprender de lo que las personas jóvenes tienen para decir. Las juventudes necesitan sentirse vistas y escuchadas commo personas, y para eso, es clave que generemos un diálogo intergeneracional, donde todas las voces sean igualmente valiosas.
Elementos para Detectar el Suicidio: Señales que No Debemos Ignorar
La prevención del suicidio es un esfuerzo colectivo. Muchas veces, las personas que están pasando por una crisis no lo expresan de forma directa, pero sí existen señales a las que debemos estar atentas todas como personas. Desde la psicología humanista, se pone énfasis en la importancia de la conexión auténtica con el otro, en ver más allá de las apariencias y observar el estado emocional de quienes nos rodean.
Algunos indicadores a los que debemos prestar atención incluyen:
Cambios drásticos en el comportamiento o estado de ánimo.
Retiro o aislamiento social.
Expresiones de desesperanza o falta de sentido en la vida.
Comportamientos autodestructivos o conductas de riesgo.
Regalar posesiones importantes o despedirse de seres queridos de manera inusual.
Cambios en los patrones de sueño o alimentación.
Si bien estas señales no garantizan que una persona esté considerando el suicidio, pueden ser signos de que está atravesando un mal momento y necesita apoyo. Ofrecer una escucha sincera, sin juzgar ni interrumpir, puede ser una acción que aporte en sus procesos. De igual manera, es importante buscar ayuda profesional, ya sea de un psicólogo o terapeuta, quien pueda ofrecer las herramientas necesarias para procesar estos pensamientos y emociones.
A modo de Conclusión
El suicidio es un tema complejo y doloroso, pero también es prevenible. Desde la perspectiva de las terapias humanistas, la prevención pasa por la empatía, la comunicación y el reconocimiento de nuestras emociones como hombres, jóvenes o cualquier ser humano. Necesitamos construir nuevas masculinidades que promuevan la vulnerabilidad, así como derribar el adultocentrismo que desconecta a los jóvenes de su valor en la sociedad. Si empezamos a escucharnos y apoyarnos, podemos hacer una diferencia real.
Te invitamos a escuchar la entrevista que tuvimos para El Heraldo radio dando clic aquí.
Entretanto, te dejo un abrazo pendiente hasta que nos volvamos a ver por estos lados virtuales, para accompañarte.
Referencias
[2] Corey, G. (2016). Theory and practice of counseling and psychotherapy (10th ed.). Cengage Learning. Recuperado de https://www.academia.edu/34247757/Theory_and_Practice_of_Counseling_and_Psychotherapy_10th_Edition_by_Gerald_Corey
[3] Yontef, G. M. (1993). Gestalt therapy: An introduction. The Gestalt Journal Press. Recuperado de http://www.gestalt.org/yontef.htm
[4] Boscán Leal, A. (2008). Las nuevas masculinidades positivas. Utopía y Praxis Latinoamericana, 13(41), 93-106. Universidad del Zulia. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27904106​:contentReference[oaicite:0]{index=0}.
[5] Morales, S. J. (2024). Adultocentrismo, adultismo y violencias contra niños y niñas: Una mirada crítica sobre las relaciones de poder entre clases de edad. Taboo, 22(1), 151-193. https://taboojournalcom.files.wordpress.com/2024/03/14morales.pdf
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