La vida es un viaje continuo de aprendizaje y transformación, una actualización constante. En el ámbito de las psicoterapias humanistas, este tipo de viajes no se quedan atrás, más bien se profundizan, abarcando la necesidad de desaprender para luego iniciar un proceso de reaprendizaje de patrones, creencias y comportamientos que a lo largo de la vida hemos utilizado como estrategias para sobrevivir, pero llega el punto en donde ya no nos son de utilidad.
Desaprendizaje y Reaprendizaje: Algunas Perspectivas
Jack Mezirow [1], reconocido sociólogo y teórico del aprendizaje transformador, propone que las personas pueden experimentar un "cambio de marco de referencia" mediante el desaprendizaje de creencias y suposiciones anteriores para adoptar nuevas perspectivas. Este proceso es esencial para el aprendizaje transformador, ya que permite la adopción de nuevas formas de ver el mundo. Este tipo de aprendizaje, denominado transformador por Mezirow, va más allá de la adquisición de nuevos conocimientos o habilidades; implica una reevaluación crítica de las creencias, valores y supuestos previos. A través de un proceso de reflexión crítica, las personas desaprenden viejas formas de pensar y adoptan nuevas perspectivas, lo cual conduce a un cambio fundamental en cómo perciben y actúan en el mundo. Este cambio se denomina "cambio de marco de referencia" y es fundamental para la capacidad de los individuos de adaptarse y crecer en respuesta a nuevas experiencias y desafíos.
Complementando esta idea, Lynn Fels [2] explora el desaprendizaje y el reaprendizaje a través de la investigación performativa y las artes. Fels sostiene que estos procesos son cruciales para la creación de nuevas comprensiones y para adaptarse a contextos cambiantes, como los que vivimos en nuestra vida día con día.
Así, ambas perspectivas teóricas, la de Fels y Mezirow destacan la importancia de cuestionar y soltar lo conocido para abrirse a nuevas maneras de comprender y vivir el mundo.
Terapia Gestalt: Consciencia y Experiencia
Aunque ya he hablado, a menudo en este blog, de las tres corrientes que suelo abordar para acompañar a las personas que me consultan, nunca está de más un proceso de reforzamiento sobre el tema, enfocado en esta ocasión desde la perspectiva que abordamos: en este caso el desaprendizaje y el reaprendizaje. Así, hablar de la terapia Gestalt, desarrollada por Fritz Perls y Laura Posner [3], es hablar de enfocarnos y centrarnos en el aquí y el ahora, con una clara invitación a tomar consciencia de nuestros sentimientos, necesidades, pensamientos y acciones en el momento presente. Este enfoque fomenta un desaprendizaje de viejos patrones reactivos y un reaprendizaje de respuestas más auténticas y conscientes. La terapia Gestalt enfatiza la importancia de la experiencia directa y la autoexploración, promoviendo una mayor consciencia de aquello que nos mueve.
Terapia Centrada en la Persona: Aceptación y Autenticidad
Carl Rogers [4], el fundador de la terapia centrada en la persona, creía en la capacidad innata de las personas para autoactualizarse, a partir del hecho de ser recibidas en un entorno de aceptación incondicional, empatía y autenticidad. Desde esta perspectiva, este enfoque facilita el desaprendizaje de autopercepciones en donde se encuentre presente la culpa o distorsiones que nos impidan avanzar, y el reaprendizaje de una autoaceptación genuina. La relación terapéutica se convierte en un espacio seguro donde la persona consultante puede explorar y reorganizar sus experiencias internas libre de juicios.
Terapias Narrativas: Redefiniendo la Historia Personal
Michael White [5], co-creador de las terapias narrativas, junto con David Epson, introdujo la idea de que nuestras vidas son historias en construcción. A través de este enfoque, las personas desaprenden las historias o relatos dominantes problemáticos que les limitan y reaprenden nuevas narrativas que les empoderan y brindan nuevos significados. Acá cabe señalar que el empoderamiento es entendido como un proceso de transformación y cambio en personas, grupos o comunidades, mediante el cual adquieren control y autonomía sobre sus vidas, siendo una parte muy importante en los procesos de transformación de las personas al promover el poder, la participación y la educación [6]. Este proceso de reescritura de la historia personal permite a las personas encontrar nuevas posibilidades y perspectivas, transformando su relación con los problemas que enfrentan. Separar el problema de la persona... es decir... el problema pueden ser estrategias que le vienen bien a una persona (y a otras) en un determinado momento de su vida, y puede ocurrir que en otro momento ya no le vengan bien a la persona (o a otras personas). Sin embargo, la persona, y su identidad están intactas. El problema no es la persona. ¿Me explico?
La Dimensión Temporal del Proceso Terapéutico
Cuando iniciamos un proceso terapéutico, es común que las personas consultantes tengan la pregunta del tiempo que se extenderá dicho acompañamiento. Generalmente suelo usar la metáfora del proceso que les tomó aprender a manejar un auto, si es que ya saben conducir. El tiempo que mencionan que les llevó desarrollar dicha habilidad, varía. Luego viene la pregunta relacionada con la vez en que tomaron una vía rápida o la carretera... ¿fue fácil hacerlo? A veces hasta queremos renunciar, ¿no es así? Pensar, entonces, que alguna habilidad compleja puede llevar un buen periodo de tiempo en aprenderla, y comparar ahora el proceso terapéutico con el hecho de que no solamente se trata de aprender... sino, desaprender primero y luego reaprender... quizá nos puede dar una idea del tiempo que puede llevar un proceso terapéutico, ¿no es así?
El tiempo que toma un proceso terapéutico humanista puede variar significativamente dependiendo de la persona y la naturaleza de sus desafíos. Generalmente, se estima que un proceso significativo puede llevar de seis meses a dos años. Durante este tiempo, las personas pasan por fases de introspección, experimentación y consolidación de nuevos aprendizajes y formas de ser [7]. La mirada de la pedagogía social, entendida como la parte que investiga cómo aportar a las mejoras en el bienestar de las personas, también destaca la importancia del tiempo en los procesos de cambio. El aprendizaje es un proceso continuo, cotidiano, parte natural de la vida. Actualizar las condiciones en la calidad de vida o mejorarlas, es todo un proceso que lleva su tiempo [8]. Los procesos de transformación profunda requieren un compromiso sostenido y un espacio seguro para la exploración.
A manera de conclusión
El proceso psicoterapéutico humanista es un viaje profundo de desaprendizaje y reaprendizaje, facilitado por enfoques como la terapia Gestalt, la terapia centrada en la persona y las terapias narrativas. En este viaje, la relación terapéutica (consultante-terapeuta) y el tiempo son elementos clave que permiten a las personas transformar sus vidas de manera significativa.
Referencias
[1] Mezirow, J. (1991). Transformative Dimensions of Adult Learning. Jossey-Bass.
[2] Fels, L. (2010). Catching my breath: In full flight over the prairies. Emotion, Space and Society, 11, 52–60; Fels, L. (2012). Collecting Data Through Performative Inquiry: A Tug on the Sleeve. Youth Theatre Journal, 26(1), 50–60.
[3] Perls, F. (1973). The Gestalt Approach & Eye Witness to Therapy. Science and Behavior Books.
[4] Rogers, C. R. (1951). Client-Centered Therapy: Its Current Practice, Implications, and Theory. Houghton Mifflin.
[5] White, M., & Epston, D. (1990). Narrative Means to Therapeutic Ends. Norton & Company.
[6] Úcar, X., Jiménez-Morales, M., Soler Masó, P., & Trilla Bernet, J. (2016). Exploring the conceptualization and research of empowerment in the field of youth. International Journal of Adolescence and Youth, 22(4), 405–418. https://doi.org/10.1080/02673843.2016.1209120
[7] Elliott, R., Greenberg, L. S., & Watson, J. (2004). Research on Humanistic-Experiential Psychotherapies. En: Norcross, J.C., & Goldfried, M.R. (Eds.), Handbook of Psychotherapy Integration.
[8] Úcar, X. (2016). La Pedagogía Social: Una Perspectiva Internacional. Editorial Síntesis.
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